El caso del municipio de Santiago de Cali, no es menos ejemplar, pues aquí la aplicación de la Tecnología EM, hace parte de un proyecto piloto de seguridad alimentaria de seis comunas de esa ciudad.
Allí, de acuerdo con Mauricio Cruz, funcionario de la Secretaria de Agricultura y Pesca del Valle del Cauca, se articularon las necesidades de
ese proyecto de la Gobernación con el subproyecto de agricultura urbana con el fin de mejorar la seguridad alimentaria de los vallecaucanos urbanos y rurales.
“Se partió de las necesidades de agua y de manejo de basuras, cuando nos encontramos con la tecnología EM y nos dimos cuenta de las bondades que tiene partiendo de los residuos orgánicos domiciliarios, los sobrantes de la cocina, mezclados con podas de plantas ornamentales, césped y antejardines, más EM, produce una proteína que es útil para el levante de pollo y curies. Entre tanto, cuando el material orgánico es fermentado con EM y se mezcla con estiércol se convierte en abono para la agricultura urbana”, explicó Mauricio Cruz.
“Empezamos con 150 familias de los estratos uno y dos, ubicadas en las comunas 13, 14 y 15, a las cuales se le unirán próximamente 220 más de las comunas 1, 2, 18 y 20. Todas ellas están viendo los beneficios de cero olores y moscas, siendo lo mejor el que la gente se ha venido apropiando de esa tecnología”.
¿Cómo funciona?
La tecnología EM fue desarrollada en el Japón, por el Dr. Teuro Higa, quien la donó a la humanidad y que en Colombia la maneja de forma exclusiva El Minuto de Dios. Dicha tecnología tiene aplicación en el sector agrícola, pecuario, construcción, automotriz y ambiental, entre otros.
Puntualmente, en lo relacionado con el manejo de residuos sólidos orgánicos, se ha desarrollado el EM Sólido, llamado Bokashi EM, que es un material orgánico producto de la fermentación de salvado de trigo, salvado de maíz, avena o arroz, con el EM.
Para manejar en los hogares los residuos sólidos solamente se requiere una caneca plástica de doble fondo con tapa de ajuste hermético, una rejilla separadora y un grifo para la extracción de lixiviados.
Una vez se tengan residuos se van colocando en la caneca y se alternan con una capa de Bokashi EM; se va presionando para sacar el aire y se debe mantener tapada la caneca herméticamente. El resultado final son dos productos: Un líquido residual, que está compuesto por agua y nutrientes, contenidos en el material orgánico y microorganismos eficaces que se encuentran en el EM. Este líquido diluido en agua, puede ser aplicado en las huertas como biofertilizante por su contenido de nutrientes o en los sifones de las casas para contribuir con la recuperación de las aguas de deshecho de las viviendas.
Pero ahí no paran los beneficios de esta forma de manejar los residuos del hogar. Además del líquido residual, hay un segundo residuo, que son los desechos preservados al interior de la caneca, que pueden ser sometidos a un proceso de compostaje para ser convertidos en un abono orgánico de excelente calidad, promoviendo la agricultura ecológica en las comunidades o usados directamente en programas de seguridad alimentaria.
¿Cómo acceder a esta biotecnología?
Si una comunidad desea iniciar el proceso de manejo de basuras orgánicas con esta tecnología, Fundases le asesorará en ello. Para el efecto, puede comunicarse al teléfono: 4304454 de Bogotá o escribir al correo electrónico omdfundases@fundases.com. (www.fundases.com).